Esta semana he querido dedicar la entrada a la violencia de género desde una forma de intervención muy particular: el masaje infantil. Pero, ¿cual puede ser la relación entre estos dos aspectos a priori tan dispares de la vida familiar? Intentaremos explicarlo todo como solemos hacer por aquí: poco a poco y suavemente.
Pero hoy no debería hablar de víctimas, sino de supervivientes. Porque las que sobreviven tienen mucho más que hacer en esta vida que ser encasilladas en la etiqueta de víctimas.
Desde hace un tiempo vengo pensando en que a la dificultad social que las mujeres en esta situación experimentan, muchas veces se suma una profunda sensación de vacío personal, de falta de autoestima, de resentimiento... hace falta un largo y continuado trabajo de empoderamiento para reestablecer la relación consigo mismas. Y no solo consigo mismas. También la vinculación con sus hijos se puede ver afectada. Sobre todo cuando al maltrato físico ha precedido (como es la inmensa mayoría de los casos) el maltrato psicológico. Entonces las mujeres también madres a parte de esposas/compañeras se convierten en un saco de culpas que van arrastrando allá donde van. No solo se pierde el amor por una misma, también se pierde la confianza, la motivación, las ganas de vivir, de relacionarse, de ser... cuestiones todas primordiales en la bonita y dura tarea de ser madres.
A ello le sumaremos unas gotas de "desequilibrio" emocional fruto de un sufrimiento psicológico continuado (entrecomillo desequilibrio porque no me gusta mucho esa definición, pero no encontré una palabra más apropiada en este caso), una pizca de desestructuración laboral-social ya que en muchos casos se pierden redes de apoyo y posibilidades laborales; también una dosis de tristeza y sentimiento de fracaso y tendremos la receta perfecta para una maternidad insatisfecha y un vínculo desprotegido.
Y ahí es donde entra la otra pieza clave de mi propuesta: el masaje infantil.
El masaje infantil no es otra cosa que una valiosa herramienta para fortalecer la comunicación y la vinculación afectiva entre la persona que cuidadora y la personita cuidada.
Con su práctica habitual se va creando o reestableciendo un clima de compromiso, confianza, amor, juegos, risas y comunicación directa y positiva. Favorece la escucha y la creación de esa atmósfera de protección que por estar expuestos a situaciones violentas, se habían perdido.
De hecho, el programa de IAIM es en sí mismo una herramienta para ayudar a aprender sobre el tacto nutritivo y las capacidades parentales de protección.
Y esa es según mi punto de vista la palabra clave: protección. La madre por muy víctima que haya sido es una superviviente y como tal capaz de ofrecer la protección necesaria a sus hijos e hijas con la ayuda que sea oportuna en cada caso, claro está.
En este clima de cariño, de dedicación exclusiva se formarán nuevas y valiosas interacciones entre ambos que volverán a forjan los cimientos de la confianza en la vida y en el ser humano. Aspectos primordiales para continuar...
Habría que tener en cuenta consideraciones especiales, pero a modo de introducción creo que a partir de esta idea se podrían hacer múltiples aportaciones en este campo para trabajar y afianzar vínculos afectivos, recuperar lo bueno y fomentar experiencias familiares positivas después de todo ese maremagun de negatividad que trae consigo cualquier manifestación de violencia.
MIPEF
Masaje Infantil, Psicología, Educación y Familia
miércoles, 27 de noviembre de 2013
lunes, 18 de noviembre de 2013
Charla sobre Masaje Infantil en el CEI Dulce Chacón (Plasencia)
La semana pasada mientras terminaba un curso recibí una bonita petición que no quiero dejar escapar. Es la primera charla bajo demanda que voy a hacer sobre masaje infantil y me hace mucha ilusión prepararla con ganas. El objetivo es dar a conocer a las familias los beneficios de esta técnica y las bellas implicaciones que de ella se desprenden: de dónde viene, cómo se expandió, qué supone en la vida de los bebés... y en la de las madres y los padres que lo aplicamos.
Y así es como poco a poquito vamos abriendo camino y ayudando a dar a conocer este milagro de escuchar y hablar con las manos. Porque el masaje infantil está cuando aún no existen las palabras.
Y así es como poco a poquito vamos abriendo camino y ayudando a dar a conocer este milagro de escuchar y hablar con las manos. Porque el masaje infantil está cuando aún no existen las palabras.
miércoles, 6 de noviembre de 2013
Retomando la actividad
En realidad nunca estuvo parada, pero sí sentí la necesidad de tomarme un tiempo para reflexionar sobre los parámetros en los que quiero desarrollar este blog y todo lo que detrás de él hay.
En estos meses sin escribir nada he estado dándome permiso y tiempo para pensar qué tipo de actividad quiero ejercer y cómo puedo conjugar ésta con mi propia maternidad. De ahí extraigo recursos valiosos.
Seguiremos sin pausa, pero también sin prisa. Porque la seguridad que genera dar los pasos con firmeza y suavidad se puede equiparar con pocos placeres.
Mientras vamos tomando tierra de nuevo, ahí va una bella imagen que tenía guardada y ha querido ver la luz.
En estos meses sin escribir nada he estado dándome permiso y tiempo para pensar qué tipo de actividad quiero ejercer y cómo puedo conjugar ésta con mi propia maternidad. De ahí extraigo recursos valiosos.
Seguiremos sin pausa, pero también sin prisa. Porque la seguridad que genera dar los pasos con firmeza y suavidad se puede equiparar con pocos placeres.
Mientras vamos tomando tierra de nuevo, ahí va una bella imagen que tenía guardada y ha querido ver la luz.
viernes, 2 de agosto de 2013
martes, 9 de julio de 2013
La importancia de pedir permiso
Cuando trabajamos con familias para ayudarles a incorporar la práctica de masaje a sus bebés, uno de los puntos clave es la importancia de pedir permiso.
A algunas familias les resulta gracioso, e incluso ridículo pedirle a un bebé que en teoría aún no te puede contestar si le apetece recibir un masaje. Bajo mi punto de vista, estas reticencias tienen de fondo una idea socioculturalmente muy alimentada de que los bebés carecen de empatía, capacidad de entender y expresar sus emociones. Hay quien va mucho más allá al afirmar que los bebés, hasta cierta edad, no poseen la capacidad de sentir. Prueba de ello son algunos paradigmas pseudocientíficos que proponen métodos para enseñar a los bebés a dormir aún a base de sudor y lágrimas por parte de las criaturas. Pero sobre este tema del paradigma de la crianza de separación hablaré en otro artículo pues es un tema muy extenso.
Pese a lo extraño que pueda parecer, existen numerosas evidencias científicas que avalan la capacidad de comprensión en los bebés incluso dentro del útero. Por eso, pedir permiso, supone una clave importante para comenzar a practicar masaje infantil.
Es fundamental pedir permiso y solicitar explícitamente una interacción amorosa.
Pedir permiso avisa al bebé sobre una nueva experiencia que va a recibir, sobre algo en lo que va a estar implicado. Esto muestra atención, les hacer ver que son importantes. Pero sobre todo ayuda a los padres a acostumbrarse a no dar por hecho que sus deseos o voluntades siempre va a coincidir con los de su bebé. Es un entrenamiento en ese sentido, y se puede aplicar en otros momentos o situaciones de sus vidas.
Muestra respeto y predispone a interacciones consentidas. A la larga, cuando los bebés dejan de serlo y crecen para ser niños y adolescentes, nos gustará saber que cuentan con la habilidad de diferenciar entre tacto agradable y desagradable, entre tacto consentido y tacto no permitido. La práctica respetuosa de masaje infantil ayuda a los niños y las niñas a distinguir. Preguntarles si les apetece o si les gusta, les ayuda a ver que no tienen por qué permitir algo que no les agrada. El masaje infantil en este sentido es una herramienta privilegiada para la prevención del abuso sexual infantil.
Pedir permiso ayuda a padres y madres a preparar al bebé para la interacción, y a prepararse ellos/as mismos/as. Ayuda a madres y padres en la escucha hacia hacia la comunicación no verbal. El poder de las miradas, las sonrisas, el llanto... Los bebés responden de muchas formas a lo que les está sucediendo y lo que están sintiendo. Existen diferentes estados de comportamiento y señales que nos envían los bebés, aprender a reconocerlos es fundamental para instaurar una práctica satisfactoria de masaje infantil. Si padres y madres se muestran con motivación hacia la observación, sus bebés recibirán el mensaje de que son importantes, de que lo que opinan o expresan cuenta para algo... Este aprendizaje perdurará y favorecerá un correcto desarrollo de su autoestima.
Todos estos aspectos tienen múltiples repercusiones en etapas posteriores del desarrollo, pero bien es cierto que comienzan a forjarse desde el mismo útero, desde las primeras experiencias y hasta el desarrollo evolutivo superior.
Pedir permiso favorece la formación de una personalidad estable y segura. De ahí que sea tan importante saber hacerlo de una forma apropiada y mostrarse receptivos hacia las respuestas. Saber respetar un "NO" rotundo (sea con palabras en niños más mayores o con gestos, posturas y sonidos en los bebés) a la pregunta de ¿quieres un masajito? es muy importante ya que ayuda a establecer límites. Quizá buscando otro momento más apropiado o modificando algunas condiciones, se muestre la predisposición que esperamos y aparezca el "SI" a la pregunta formulada.
A algunas familias les resulta gracioso, e incluso ridículo pedirle a un bebé que en teoría aún no te puede contestar si le apetece recibir un masaje. Bajo mi punto de vista, estas reticencias tienen de fondo una idea socioculturalmente muy alimentada de que los bebés carecen de empatía, capacidad de entender y expresar sus emociones. Hay quien va mucho más allá al afirmar que los bebés, hasta cierta edad, no poseen la capacidad de sentir. Prueba de ello son algunos paradigmas pseudocientíficos que proponen métodos para enseñar a los bebés a dormir aún a base de sudor y lágrimas por parte de las criaturas. Pero sobre este tema del paradigma de la crianza de separación hablaré en otro artículo pues es un tema muy extenso.
Pese a lo extraño que pueda parecer, existen numerosas evidencias científicas que avalan la capacidad de comprensión en los bebés incluso dentro del útero. Por eso, pedir permiso, supone una clave importante para comenzar a practicar masaje infantil.
Es fundamental pedir permiso y solicitar explícitamente una interacción amorosa.
¿Por qué pedir permiso antes de comenzar el masaje?
Pedir permiso avisa al bebé sobre una nueva experiencia que va a recibir, sobre algo en lo que va a estar implicado. Esto muestra atención, les hacer ver que son importantes. Pero sobre todo ayuda a los padres a acostumbrarse a no dar por hecho que sus deseos o voluntades siempre va a coincidir con los de su bebé. Es un entrenamiento en ese sentido, y se puede aplicar en otros momentos o situaciones de sus vidas.
Muestra respeto y predispone a interacciones consentidas. A la larga, cuando los bebés dejan de serlo y crecen para ser niños y adolescentes, nos gustará saber que cuentan con la habilidad de diferenciar entre tacto agradable y desagradable, entre tacto consentido y tacto no permitido. La práctica respetuosa de masaje infantil ayuda a los niños y las niñas a distinguir. Preguntarles si les apetece o si les gusta, les ayuda a ver que no tienen por qué permitir algo que no les agrada. El masaje infantil en este sentido es una herramienta privilegiada para la prevención del abuso sexual infantil.
Pedir permiso ayuda a padres y madres a preparar al bebé para la interacción, y a prepararse ellos/as mismos/as. Ayuda a madres y padres en la escucha hacia hacia la comunicación no verbal. El poder de las miradas, las sonrisas, el llanto... Los bebés responden de muchas formas a lo que les está sucediendo y lo que están sintiendo. Existen diferentes estados de comportamiento y señales que nos envían los bebés, aprender a reconocerlos es fundamental para instaurar una práctica satisfactoria de masaje infantil. Si padres y madres se muestran con motivación hacia la observación, sus bebés recibirán el mensaje de que son importantes, de que lo que opinan o expresan cuenta para algo... Este aprendizaje perdurará y favorecerá un correcto desarrollo de su autoestima.
Todos estos aspectos tienen múltiples repercusiones en etapas posteriores del desarrollo, pero bien es cierto que comienzan a forjarse desde el mismo útero, desde las primeras experiencias y hasta el desarrollo evolutivo superior.
Pedir permiso favorece la formación de una personalidad estable y segura. De ahí que sea tan importante saber hacerlo de una forma apropiada y mostrarse receptivos hacia las respuestas. Saber respetar un "NO" rotundo (sea con palabras en niños más mayores o con gestos, posturas y sonidos en los bebés) a la pregunta de ¿quieres un masajito? es muy importante ya que ayuda a establecer límites. Quizá buscando otro momento más apropiado o modificando algunas condiciones, se muestre la predisposición que esperamos y aparezca el "SI" a la pregunta formulada.
domingo, 30 de junio de 2013
Masaje Infantil en familias adoptantes: un empujoncito al amor.
Como aspirante a educadora de masaje infantil, la adopción es uno de los temas que tengo que trabajar para mi certificación final, y he de decir, que es uno de los que más atracción e interés me está despertando.
La de las familias en situación de adopción es la historia de un viaje. Un viaje hacia el amor, un viaje hacia la ilusión y un viaje hacia un encuentro. Este viaje, en la mayoría de las ocasiones es largo y duro pues en él se depositan ilusiones y la emoción está a flor de piel. Estas condiciones hacen que crezca el amor hasta límites insospechados y que ese amor genere una una imperiosa necesidad de proyección. Madres y padres adoptantes necesitan liberar todas esas emociones. Necesitan también recomponerse tras esa carga de inseguridades, evaluaciones y frustraciones que han pasado durante tanto tiempo atrás, durante todo el camino hacia la adopción y la única forma que tienen es liberando amor.
Esa necesidad principal de entregarse, de conectarse, de acoplarse a los ritmos de sus pequeños, de hacer unidad, de estar en sinergia con ellos puede resultar en esos primeros momentos un poco forzada. Sobre todo para los menores. Experimentan una aflicción por la pérdida, tienen que despedirse de cuidadores, de costumbres, de olores, sabores... tienen que adaptarse a una nueva familia y en un principio pueden mostrarse reacios a recibir esas grandes dosis de amor que sus padres necesitan entregarle. Es necesario un tiempo para acoplarse. Empezar poco a poco para no levantar barreras y sobre todo, respetar sus ritmos.
Promover la formación del vínculo del apego es la tarea principal del masaje infantil con bebés, por lo que en estos casos de adopción puede ser una herramienta muy beneficiosa para ayudar a las familias en el proceso.
¿Cómo puede ayudar el masaje infantil a las familias que adoptan?
La práctica habitual de masaje infantil da lugar a una serie de energías en una familia. Requiere tiempo para la dedicación absoluta y en él se ven implicados todos los elementos necesarios para la formación del vínculo: cercanía, contacto físico, contacto con la mirada, sonrisas, respuesta a los estímulos, interacción... todo ello genera un espacio y un lugar tanto físico como emocional para que surja la comunicación.
Es necesario reconocer las necesidades emocionales de madres, padres y sus hijos para ayudarles a llevar a cabo esta práctica y que el masaje infantil se convierta en un aliado para darle un empujoncito al amor.
Algunas recomendaciones que les daría a los padres en este sentido serían: comenzar despacio, avisando, pidiendo permiso; validando y acogiendo los sentimientos, retirarse en el momento adecuado y volver cuando vuelve la confianza y sobre todo, darle el tiempo que necesite, con presencia y amor.
Si crees que esta técnica podría ayudarte, no dudes en buscar una educadora de masaje infantil cerca de ti, que te oriente detalladamente teniendo en cuenta vuestro caso concreto. Tu familia podría tanto participar en un taller normal junto a otras familias y bebés, como recibir sesiones individuales en la comodidad de tu hogar.
Vosotros y vosotras, madres y padres que adoptáis tenéis la mayor fortaleza a vuestro favor, y es la paciencia. Paciencia que habéis ganado a base de experiencias y emociones en todo vuestro camino recorrido. No existe ningún arma más poderosa para abrirle esa puerta al amor.
La de las familias en situación de adopción es la historia de un viaje. Un viaje hacia el amor, un viaje hacia la ilusión y un viaje hacia un encuentro. Este viaje, en la mayoría de las ocasiones es largo y duro pues en él se depositan ilusiones y la emoción está a flor de piel. Estas condiciones hacen que crezca el amor hasta límites insospechados y que ese amor genere una una imperiosa necesidad de proyección. Madres y padres adoptantes necesitan liberar todas esas emociones. Necesitan también recomponerse tras esa carga de inseguridades, evaluaciones y frustraciones que han pasado durante tanto tiempo atrás, durante todo el camino hacia la adopción y la única forma que tienen es liberando amor.
Esa necesidad principal de entregarse, de conectarse, de acoplarse a los ritmos de sus pequeños, de hacer unidad, de estar en sinergia con ellos puede resultar en esos primeros momentos un poco forzada. Sobre todo para los menores. Experimentan una aflicción por la pérdida, tienen que despedirse de cuidadores, de costumbres, de olores, sabores... tienen que adaptarse a una nueva familia y en un principio pueden mostrarse reacios a recibir esas grandes dosis de amor que sus padres necesitan entregarle. Es necesario un tiempo para acoplarse. Empezar poco a poco para no levantar barreras y sobre todo, respetar sus ritmos.
Promover la formación del vínculo del apego es la tarea principal del masaje infantil con bebés, por lo que en estos casos de adopción puede ser una herramienta muy beneficiosa para ayudar a las familias en el proceso.
¿Cómo puede ayudar el masaje infantil a las familias que adoptan?
La práctica habitual de masaje infantil da lugar a una serie de energías en una familia. Requiere tiempo para la dedicación absoluta y en él se ven implicados todos los elementos necesarios para la formación del vínculo: cercanía, contacto físico, contacto con la mirada, sonrisas, respuesta a los estímulos, interacción... todo ello genera un espacio y un lugar tanto físico como emocional para que surja la comunicación.
Es necesario reconocer las necesidades emocionales de madres, padres y sus hijos para ayudarles a llevar a cabo esta práctica y que el masaje infantil se convierta en un aliado para darle un empujoncito al amor.
Algunas recomendaciones que les daría a los padres en este sentido serían: comenzar despacio, avisando, pidiendo permiso; validando y acogiendo los sentimientos, retirarse en el momento adecuado y volver cuando vuelve la confianza y sobre todo, darle el tiempo que necesite, con presencia y amor.
Si crees que esta técnica podría ayudarte, no dudes en buscar una educadora de masaje infantil cerca de ti, que te oriente detalladamente teniendo en cuenta vuestro caso concreto. Tu familia podría tanto participar en un taller normal junto a otras familias y bebés, como recibir sesiones individuales en la comodidad de tu hogar.
Vosotros y vosotras, madres y padres que adoptáis tenéis la mayor fortaleza a vuestro favor, y es la paciencia. Paciencia que habéis ganado a base de experiencias y emociones en todo vuestro camino recorrido. No existe ningún arma más poderosa para abrirle esa puerta al amor.
domingo, 23 de junio de 2013
Tiempo, respeto y amor
Perder a un bebé cuando estás esperando su llegada es uno de los sucesos más duros por los que una familia puede pasar. Sea cual sea el momento gestacional en el que suceda, el proceso es doloroso. Por otra parte, el entorno no suele ayudar. Tratando de que esa familia se sienta mejor se trata de restarle importancia con frases del tipo "aún sois muy jóvenes" o "ya vendrán más"... Y es así como con la mejor de las intenciones (que esa familia no se sienta tan mal) se consigue el peor de los resultados (que se queden sin la oportunidad de vivir su dolor).
Nombrar lo sucedido, darle un espacio en la experiencia vital y poder recordar el amor sentido hacia esa vida que se va son algunas de las claves para empezar a comprender el proceso y recorrer el camino del duelo.
Parte importante de ese camino comienza en la despedida física. En este sentido, el manejo expectante y la información actúan como protectores emocionales. De hecho, Cristina Silviente en este artículo afirma que "Las mujeres que son informadas, que pueden implicarse en el proceso, tienen mayor sensación de control y mejor adaptación y proceso de duelo"
¿Por qué vivir el duelo?
Cabe preguntarnos sobre nuestra capacidad individual y social para experimentar y concebir el dolor. Mónica Alvarez lo describe como un proceso de amor, porque todo dolor, en el fondo es amor. Y en los casos de pérdidas gestacionales es un amor que no ha podido ser entregado, pero que existe. Cuanto más duele algo, mayor amor hay en el fondo.
Es un proceso duro, pero si se comienza a recorrer y se transita con calma, traerá luz y paz. De lo contrario permanecerá en lo invisible, en algo negado. Y todo dolor negado genera diversos malestares que buscarán otras vías para manifestarse. No se van, simplemente cambian de forma.
Se trata de atravesar ese momento para continuar con la vida, para que la emoción familiar no se quede estancada y ensombrezca todo lo demás.
Alguien muy cercano está atravesando en este momento por esta experiencia y lo están haciendo de una forma ejemplar. Permitiéndose sentir, permitiendose chillar y llorar... despidiéndose... comenzando a elaborar... Ellos han inspirado este artículo y aunque no era mi intención mencionarlos aquí, siento que no puedo dejar de hacerlo. No se cómo están, lo intuyo, pero el mar está demasiado lejos. Mi abrazo desde la otra punta les llega, pero a mi me gustaría tener la oportunidad de llorar también su pérdida. Solo quiero que recuerden que en este momento de oscuridad e incertidumbre no están solos, porque ese bebé que se fue también formaba parte de nuestras vidas.
Parte importante de ese camino comienza en la despedida física. En este sentido, el manejo expectante y la información actúan como protectores emocionales. De hecho, Cristina Silviente en este artículo afirma que "Las mujeres que son informadas, que pueden implicarse en el proceso, tienen mayor sensación de control y mejor adaptación y proceso de duelo"
¿Por qué vivir el duelo?
Cabe preguntarnos sobre nuestra capacidad individual y social para experimentar y concebir el dolor. Mónica Alvarez lo describe como un proceso de amor, porque todo dolor, en el fondo es amor. Y en los casos de pérdidas gestacionales es un amor que no ha podido ser entregado, pero que existe. Cuanto más duele algo, mayor amor hay en el fondo.
Es un proceso duro, pero si se comienza a recorrer y se transita con calma, traerá luz y paz. De lo contrario permanecerá en lo invisible, en algo negado. Y todo dolor negado genera diversos malestares que buscarán otras vías para manifestarse. No se van, simplemente cambian de forma.
Se trata de atravesar ese momento para continuar con la vida, para que la emoción familiar no se quede estancada y ensombrezca todo lo demás.
Tiempo para asumirlo, respeto para despedirse y amor para recordar.
Alguien muy cercano está atravesando en este momento por esta experiencia y lo están haciendo de una forma ejemplar. Permitiéndose sentir, permitiendose chillar y llorar... despidiéndose... comenzando a elaborar... Ellos han inspirado este artículo y aunque no era mi intención mencionarlos aquí, siento que no puedo dejar de hacerlo. No se cómo están, lo intuyo, pero el mar está demasiado lejos. Mi abrazo desde la otra punta les llega, pero a mi me gustaría tener la oportunidad de llorar también su pérdida. Solo quiero que recuerden que en este momento de oscuridad e incertidumbre no están solos, porque ese bebé que se fue también formaba parte de nuestras vidas.
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