A algunas familias les resulta gracioso, e incluso ridículo pedirle a un bebé que en teoría aún no te puede contestar si le apetece recibir un masaje. Bajo mi punto de vista, estas reticencias tienen de fondo una idea socioculturalmente muy alimentada de que los bebés carecen de empatía, capacidad de entender y expresar sus emociones. Hay quien va mucho más allá al afirmar que los bebés, hasta cierta edad, no poseen la capacidad de sentir. Prueba de ello son algunos paradigmas pseudocientíficos que proponen métodos para enseñar a los bebés a dormir aún a base de sudor y lágrimas por parte de las criaturas. Pero sobre este tema del paradigma de la crianza de separación hablaré en otro artículo pues es un tema muy extenso.
Pese a lo extraño que pueda parecer, existen numerosas evidencias científicas que avalan la capacidad de comprensión en los bebés incluso dentro del útero. Por eso, pedir permiso, supone una clave importante para comenzar a practicar masaje infantil.
Es fundamental pedir permiso y solicitar explícitamente una interacción amorosa.
¿Por qué pedir permiso antes de comenzar el masaje?
Pedir permiso avisa al bebé sobre una nueva experiencia que va a recibir, sobre algo en lo que va a estar implicado. Esto muestra atención, les hacer ver que son importantes. Pero sobre todo ayuda a los padres a acostumbrarse a no dar por hecho que sus deseos o voluntades siempre va a coincidir con los de su bebé. Es un entrenamiento en ese sentido, y se puede aplicar en otros momentos o situaciones de sus vidas.
Muestra respeto y predispone a interacciones consentidas. A la larga, cuando los bebés dejan de serlo y crecen para ser niños y adolescentes, nos gustará saber que cuentan con la habilidad de diferenciar entre tacto agradable y desagradable, entre tacto consentido y tacto no permitido. La práctica respetuosa de masaje infantil ayuda a los niños y las niñas a distinguir. Preguntarles si les apetece o si les gusta, les ayuda a ver que no tienen por qué permitir algo que no les agrada. El masaje infantil en este sentido es una herramienta privilegiada para la prevención del abuso sexual infantil.
Pedir permiso ayuda a padres y madres a preparar al bebé para la interacción, y a prepararse ellos/as mismos/as. Ayuda a madres y padres en la escucha hacia hacia la comunicación no verbal. El poder de las miradas, las sonrisas, el llanto... Los bebés responden de muchas formas a lo que les está sucediendo y lo que están sintiendo. Existen diferentes estados de comportamiento y señales que nos envían los bebés, aprender a reconocerlos es fundamental para instaurar una práctica satisfactoria de masaje infantil. Si padres y madres se muestran con motivación hacia la observación, sus bebés recibirán el mensaje de que son importantes, de que lo que opinan o expresan cuenta para algo... Este aprendizaje perdurará y favorecerá un correcto desarrollo de su autoestima.
Todos estos aspectos tienen múltiples repercusiones en etapas posteriores del desarrollo, pero bien es cierto que comienzan a forjarse desde el mismo útero, desde las primeras experiencias y hasta el desarrollo evolutivo superior.
Pedir permiso favorece la formación de una personalidad estable y segura. De ahí que sea tan importante saber hacerlo de una forma apropiada y mostrarse receptivos hacia las respuestas. Saber respetar un "NO" rotundo (sea con palabras en niños más mayores o con gestos, posturas y sonidos en los bebés) a la pregunta de ¿quieres un masajito? es muy importante ya que ayuda a establecer límites. Quizá buscando otro momento más apropiado o modificando algunas condiciones, se muestre la predisposición que esperamos y aparezca el "SI" a la pregunta formulada.
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