Esta semana he tenido la oportunidad de comenzar un taller con cinco familias y además, estoy acompañando a una familia más de manera individual y a domicilio. Son experiencias diferentes de las cuales estoy aprendiendo mucho, más de lo que podría imaginar.
En el taller grupal tuve una buena impresión sobre mi trabajo, me vi competente, motivada y atenta. Cuidé todos los detalles, preparé un entorno agradable en la Casa de Cultura de mi pueblo y me tomé un momento para visualizar y relajarme antes de comenzar.

Con la experiencia a domicilio, todo ha ido a otra velocidad. Me he sentido como en casa, si cabe más cómoda, ágil. Esta familia se enteró de que tenía que hacer prácticas y la mamá, que es buena amiga, se ofreció de conejillo de indias. Yo ya tenía formado el grupo de cinco familias que me piden para la certificación, pero pensé que sería bueno contar con una más y acepté el ofrecimiento sin dudarlo. Ésta es una diferencia importante con las familias del grupo, y bajo mi punto de vista, se nota. Esta mamá conocía el programa porque había leído algo antes sobre ello, ha practicado masaje con sus hijos mayores y ahora con el bebé también. Lo hacía de una manera intuitiva, y quería conocer la técnica, disfrutar de "los trucos" (como ella dice) y pulir su forma de hacer. El componente de motivación en esta casa, se nota y mucho y esto afecta de manera directa a mi quehacer ya que no he sentido en ningún momento la necesidad de "justificar" las bondades de lo que propongo.
Sin duda este será un aspecto importante a cuidar en la actividad que quiero iniciar. La práctica combinada de grupo y domicilio, me ayuda a conocerme en ambos entornos, a comprobar mis fortalezas y me ponen en predisposición de mejorar mis flaquezas.
Seguiré atenta a las siguientes percepciones. Me ayudará a crecer tanto en lo profesional como en lo personal. Poco a poco vamos fluyendo, vamos caminando, vamos aprendiendo, con calma y alegría.
Enhorabuena!! gran iniciativa.
ResponderEliminarUn abrazo de corazón.